—Así que ella nunca me tuvo en su corazón, ni tampoco a la familia Wei —dijo Wei Ting con autodesprecio.
—No, probablemente ella no tenía la intención de traicionarte —Su Xiaoxiao miró fijamente a Wei Ting.
—¿Qué hay del saquito de Fu Su? —Wei Ting apretó los puños.
Debe ser muy doloroso sospechar de su madre. Era como si su fe de 21 años se hubiera derrumbado instantáneamente, pero ni siquiera estaba calificado para derrumbarse.
Porque él era Wei Ting.
Él era el único miembro masculino de la familia Wei que sobrevivió.
El corazón de Su Xiaoxiao dolía por este hombre...
Era solo un poco. No podía ser más.
Su Xiaoxiao tiró de su manga y abrió los dos saquitos que la señora Li le había dado. —Mira.
El patio de la Vieja Señora Wei estaba brillantemente iluminado.
Después de escuchar la explicación de los dos niños, la Vieja Señora Wei no pudo recuperarse durante mucho tiempo.
—¿Matriarca? —Su Xiaoxiao tomó su pulso con tres dedos, lista para salvarla en cualquier momento.
