—Mi nombre es ahora Su Cheng —dijo Su Cheng.
—Todo bien.
—Durante este evento a El Emperador Jingxuan no le importaba. De todos modos, no podía derrotar a Qin Jiang. ¿Qué importaba si su apellido era Su? Simplemente era un Duque Protector nominal.
—Ya que estás aquí, comencemos. Quiero recordarte que antes de que aparezcas, ya he determinado que Qin Jiang ganó una ronda —dijo indiferentemente el Emperador Jingxuan.
—¿Cuántas rondas quedan? —preguntó Su Cheng.
—Dos rondas —respondió el Emperador Jing Xuan.
—¿Dos de tres rondas? —preguntó nuevamente Su Cheng.
—Durante este momento la cara del Emperador Jing Xuan se volvió fría.
—Todo el mundo pensaba que era la primera persona que se atrevía a atrapar al Emperador Jing Xuan y cuestionarlo.
—El Duque Protector tiene razón. Son dos de tres rondas —dijo sonriente el Eunuco Fu.
—¿Dónde están las reglas? ¿Qué pasa si lo golpeo hasta la muerte? —levantó las cejas y miró de reojo a Qin Jiang Su Cheng.