Liu Sihe miró más de cerca y una sombra de sorpresa cruzó por sus ojos —¿Dibujaste estos tú misma?
—Sí —dijo Su Xiaoxiao.
Liu Sihe elogió —Qué diseño tan novedoso. He oído que vas a abrir un centro médico. ¿Qué pondrá la placa?
—El Salón Número Uno del Mundo —dijo Su Xiaoxiao.
Liu Sihe se dijo a sí mismo —Niña, eres muy arrogante.
Liu Sihe era una persona directa y eficiente. No se halagaba ni intercambiaba cortesías innecesarias.
La conversación entre ambas partes duró menos de 15 minutos.
—He recordado todo lo que has dicho. ¿Hay algo más que quieras? —preguntó Liu Sihe.
—Eso es todo —dijo Su Xiaoxiao—. ¿Estará listo en unos días?
—Siete días —respondió Liu Sihe.
—¿Solo siete días? —preguntó Su Xiaoxiao sorprendida.
Eran muchas cosas.
Liu Sihe sonrió y dijo —Si no he terminado en siete días, ¡no te cobraré! ¡Adelante!
Su Xiaoxiao no le gustaba hablar tonterías. Le gustaba tratar con gente tan práctica.