—Wei Ting fue castigado a reflexionar a puertas cerradas durante un mes —dijo alguien. Había eunucos quedándose en la residencia para supervisar. Por la noche, Wei Ting no regresó a la Calle Flor de Pera. Aunque no regresó, tenía que traer las cosas.
—La luna estaba oscura y ventosa —comentó otro personaje—. Su Xiaoxiao acababa de convencer a los tres pequeñuelos para dormir y planeaba descansar.
—De repente, una sombra pasó volando por el cielo y llegó frente a la ventana de Su Xiaoxiao como un fantasma —narró el narrador—. Golpeó el enrejado de la ventana.
—Su Xiaoxiao abrió la ventana extrañada —dijo ella—. La figura había desaparecido hace tiempo y había una carta en el alféizar de la ventana.
—La abrió y echó un vistazo —comentó—. Era un grueso billete bancario de 3,000 taeles de plata y una nota que apreciaba las palabras como oro: Uso doméstico. Salgo durante un mes. No me eches de menos.