Su Xiaoxiao fue a la cocina a cocinar.
Su Ergou había ido a entregar mercancías y no había vuelto en todo el día. Quienes no sabían mejor pensarían que las había enviado al palacio.
Los tres pequeños tampoco estaban allí.
Dahu no actuó por su cuenta cuando fue a escuchar música hoy. En cambio, llevó consigo a sus dos cargas en forma de hermanos.
Xiaohu entró primero en la casa.
También supo quitarse primero los zapatos.
Entró en la casa con paso firme y miró al hombre delgado sentado en el futón. Educadamente lo llamó tío y ladeó la cabeza señalando el gran objeto frente a él —¿Qué es esto?.
Ling Yun echó un vistazo al pequeñín —Cítara, ¿quién eres tú?.
Xiaohu se golpeó el pecho suavemente y dijo —Soy Xiaohu.
Pronto, Erhu también se quitó los zapatos y entró a la casa.
—¿Quién eres tú? —preguntó Ling Yun.
Los ojos de Erhu se movían nerviosos —¡Soy Dahu!
—No lo eres —aseguró Ling Yun de un vistazo.
Erhu se quedó pasmado —¿Eh?
—Realmente no había logrado engañarlo.