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Cuando era casi mediodía, Su Yuan, Su Qi, Su Yu y los demás regresaron a la capital.
Lo primero que hicieron Su Qi y Su Yu fue pelearse por visitar a su abuelo.
—¡Iré yo primero!
—¡Iré yo primero!
Los dos hermanos se tironearon, ninguno cediendo.
Al final, Su Yu avanzó medio paso delante de su Segundo Hermano y se metió en la casa del Viejo Marqués.
Los hermanos, que habían estado discutiendo fuera, enseguida se quedaron en silencio en cuanto entraron en la habitación del Viejo Marqués.
Al ver a su abuelo, que todavía podía practicar boxeo en el patio antes de partir, yaciendo débilmente en la cama enferma, se les enrojecieron los ojos.
—¿Qué le pasó a Abuelo? —Su Yu se ahogó.
La carta decía que la salud de su abuelo no era buena, pero no esperaban que fuera tan grave.
Su Qi se culpó a sí mismo. —Es toda mi culpa. Si hubiera sabido... no habría ido a la ceremonia de coronación...
