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—De vuelta a la posada —dijo Su Xiaoxiao.
Su Ergou eructó.
—Hermana, todavía es temprano.
Su Xiaoxiao miró su abultado vientre.
—La última calle.
Quería ayudar a su bobo hermanito a digerir la comida.
El Gerente Sun no pudo caminar más. Con la ayuda de Xiaowu, regresó a la posada.
Los hermanos dieron otra vuelta. Su Ergou estaba tan feliz que se olvidó de casa. Su Xiaoxiao lo amenazó con el parentesco.
—¿Ya no me estás haciendo caso, verdad?
—Oh, sí te haré caso —Su Ergou bajó la cabeza y siguió a su hermana de vuelta a la posada de mala gana.
La habitación de Su Xiaoxiao no estaba a un lado de la calle, sino que daba a un tranquilo callejón. Este callejón estaba alquilado por la posada. Cuando el negocio era demasiado bueno, se utilizaba para guardar los carruajes de los huéspedes.
No era la temporada alta, así que el callejón estaba vacío.
Su Xiaoxiao se lavó y estaba a punto de acostarse cuando escuchó un alboroto en el callejón.
¿Alguien estaba peleando?
