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Al liberar Kiba su poder para deformar la realidad, Rebecca y prácticamente todos retrocedieron en el tiempo.
Como respuesta, la red invisible que envolvía la Tierra —que suprimía la fuerza de los seres poderosos— estalló con fuerza represiva[1]. Esta fuerza chocó con el desbordante poder para deformar la realidad y comenzó a aplastarlo, alarmando a Kiba.
Todo comenzó a distorsionarse, y con Kiba en el centro, dos escenas diferentes comenzaron a superponerse entre sí, luchando por la supremacía.
En la primera, Rebecca atravesó su barrera, su espada de fuego avanzaba hacia su garganta mientras ella apartaba a Constanza de un manotazo.
En la segunda, Rebecca aparecía en un charco de lava y retrocedía aún más, llegando a la entrada del charco.
Era evidente que la primera escena estaba ganando supremacía; algo que denotaba que la realidad original estaba venciendo.
—¿Pero qué demonios? —Nada como esto había ocurrido antes.