Todos en la sala quedaron naturalmente impresionados con la actuación de Alistair, Leonardo y otros genios destacados. Los secuaces de Alistair y Leonardo fueron especialmente expresivos al mostrar su excitación. Era como si fueran ellos los que hubieran conseguido esas cuentas de recompensa en lugar de Alistair y Leonardo.
—¡Ellos sí que son verdaderos genios! —comentaban las personas mientras miraban de reojo a Zed.
—¡No como cierto alguien que estuvo en la cima en el primer juicio!
—¡En efecto! Todos aquí han ganado cuentas, o al menos se han mantenido igual... ¡no como cierto perdedor!
—¿Qué más puedes esperar de alguien de un barrio bajo?
—Jaja, ¡exacto!
—¡Esos de los barrios bajos solo son buenos para mendigar!
—¡Pobre tipo! ¡No pudo haber mendigado con esos extraterrestres!