—La Bestia del Rampage Loco se ha ido para siempre —murmuró Monroe con voz agradable mientras los escombros sobre él se derretían. Se puso rápidamente de pie y revisó las heridas que había sufrido.
—¿Estás bien? —preguntó Amir al saltar a su lado y volver a su forma original desde el anterior estado en forma de bola.
—Sí —dijo Monroe con un tono ligeramente molesto.
—No nos culpen por lo que pasó ahora —Mina entendió su molestia—. Solo nos estábamos protegiendo y si hubiéramos intentado salvarte, todos habríamos muerto.
—Lo entiendo —asintió Monroe mientras sacaba una píldora de un frasco y se la metía en la boca. Olas de energía lo rodearon y las heridas en su cuerpo desaparecieron.
—Vamos a encontrarnos con ese hombre llamado Kiba y su chica —sugirió Amir. Había escuchado a Ruby gritar el nombre de Kiba cuando fue atacada por la bestia.