Un aerodeslizador rojo salió disparado de Casa Sobre Sueño. Zed puso el aerodeslizador en piloto automático.
Tocó en el aire y una pantalla virtual se encendió, mostrando el último informe sobre el equipo de investigación.
—Afortunadamente, hemos borrado toda evidencia que pueda conectar la desaparición de Lisa contigo —comentó Claudia.
—Sí —Zed estuvo de acuerdo con ella—, pero todavía tienen las grabaciones de seguridad de la fiesta cuando Kiba la conoció.
Kiba y Claudia habían borrado todos los datos incriminatorios de la base de Lisa. Por lo que pudieron descifrar, solo su equipo sabía sobre sus planes de usarlo en sus experimentos secretos. Esto le ahorró muchos problemas.
Aún así, había pruebas de su encuentro con Lisa en la Corporación Ángel Blanco. Aunque Claudia podría modificar fácilmente los registros de seguridad, no lo hizo para evitar sospechas.
Después de todo, había muchos testigos que sabían que Lisa y Kiba habían estado juntos. Si los registros de seguridad se eliminaban o manipulaban, entonces la atención se centraría en Kiba.
—Como mucho, ¡Kiba será entrevistado por los investigadores respecto al encuentro!
Por supuesto, sabía que tenían medios para asegurarse de que fuera honesto con ellos, pero tenía arreglos para contrarrestar eso.
—Una semana para que llegue el equipo principal —declaró Claudia con la información que había reunido.
—Mientras Zed se mantenga alejado de su investigación, todo está bien... —Zed cerró los ojos—. De todos modos, ¿hay algún problema esperando a Zed?
—Sí.
—¡Suspiro~! Ahora, ¿quién tiene deseos de morir? —Zed estaba un poco molesto.
Siempre había creído que los problemas solo debían reservarse para su otra forma y no para Zed.
—El anterior director y su esposa. Han provocado a los estudiantes—cuyas admisiones fueron canceladas—echándote la culpa a ti —informó Claudia.
—¡Wow~! Y yo que pensaba que sería lo suficientemente listo para retirarse!
—La pareja fue inteligente, sin embargo. Ejecutaron su plan difundiendo rumores a través de intermediarios. Me tomó un tiempo darme cuenta de su plan, así que creo que merecen crédito por ser astutos —Claudia estaba impresionada con Owain y su esposa.
—Ya veo... —Zed puso una mano bajo su mentón y preguntó—. ¿La esposa está buena?
—... Analizaré.
—¡De hecho, no! ¡No hay necesidad de responder! —Zed negó con la cabeza—. Por el momento, tengo que usar mi tiempo sabiamente para mis asuntos.
Agatha estaba embarazada de su hijo, y tenía que pasar más tiempo con ella. Estaba nervioso y algo asustado por la idea de ser padre, razón por la cual había limitado el tiempo que pasaba con Agatha hasta ahora.
Después de todo, ¡su verdadera edad era solo de 21 años!
¡Estaba en una edad en la que quería vivir su vida como quisiera! ¡No tenía planes de estar atado! De hecho, nunca quiso asumir ninguna responsabilidad ni siquiera en un futuro lejano.
¡Pero eso tenía que cambiar!
Agatha nunca se había quejado, pero él sabía lo irresponsable que era. El embarazo podía ser accidental, pero quería estar allí para su hijo, como lo haría cualquier padre normal.
Por no mencionar que Agatha lo necesitaba. Después de la transmisión de Noticias Hipócrita, su relación con su familia y amigos era prácticamente nula. Mientras que la transmisión la salvó de comentarios ofensivos, no reconstruyó las relaciones. Algo que a ella no le importaba.
¡Pero a él sí! ¡Ella no tenía que estar completamente sola mientras nutría la vida que florecía en su interior!
—Mis sueños podrían ser mi principal prioridad, ¡pero también debería serlo mi hija por nacer! —prometió encontrar un equilibrio entre sus sueños y sus responsabilidades. No sabía si era capaz de ser un buen padre, pero lo intentaría.
Por supuesto, encontrar un equilibrio significaría que tendría que ser conservador con el tiempo dedicado a sus aventuras amorosas. ¡Eso significaba además que tendría que idear métodos ingeniosos para acortar el tiempo necesario para que las mujeres se quitaran la ropa!
—¿Qué planeas hacer con esa pareja? —preguntó Claudia.
—No serán perdonados, pero con los investigadores en la ciudad... no podemos permitir que se asocie a Zed con nuevas rarezas —. ... —¡Kiba decidirá su destino después de un tiempo!
******
Zed asistió a las clases. Realmente no necesitaba aprender nada ya que había adquirido prácticamente cada pieza de conocimiento útil durante la establecimiento del laboratorio.
La razón por la que se unió inicialmente a la academia fue para vivir su sueño de disfrutar cada fase de la vida. Las necesidades que deberían haber sido cumplidas por sus padres, prometió satisfacerlas por su cuenta.
Ahora, sin embargo, sus razones habían cambiado con el desarrollo de su relación con Felicity. No pudo evitar sonreír al pensar en su primer encuentro con Felicity.
—Ella era una matona, —Zed reflexionó con una sonrisa—. Eso no ha cambiado ni ahora. Solo la dinámica ha cambiado.
*****
Después de que terminaron las clases, Zed llegó al estacionamiento con Felicity, Jessica y Loren.
—¡No te olvides de la cena de mañana! —Felicity le recordó.
—¡Llegaré a tiempo! —Zed la aseguró.
—¡Ustedes dos también deberían venir! —Felicity invitó a Loren y Jessica.
—Sí, gracias —ambos aceptaron de inmediato, para sorpresa de Zed.
No era consciente de que habían aprendido que negarse a la invitación de Felicity era simplemente buscar la muerte.
—Ven con Zed —Felicity miró su aerodeslizador rojo y dijo—. Hay suficiente espacio para que ustedes dos también vengan.
—... —Jessica y Loren asintieron.
*****
Tarde.
Kiba se teleportó al Apartamento de Agatha.
—Debes avisarme antes de llegar, ¡de lo contrario me podrías asustar! —Agatha desvió su atención de la película en la pantalla hacia él.
—Jaja, lo siento —Kiba se sentó junto a ella.
—¿No vas a cazar hoy? —Agatha preguntó.
Ella sabía muy bien cómo él dedicaba su tiempo a encontrar una 'presa' y luego 'cazar'.
—...No —A Kiba realmente no le gustaba cuando otros llamaban a su filosofía del altruismo caza.
—¡Eso sí que es sorprendente! —Agatha comprobó su temperatura corporal—. Pareces estar en buena forma física, ¡y aún así no vas a salir de caza!
—...Sí —los labios de Kiba se torcieron.
—¿Eres realmente El Kiba?! —Agatha pellizcó su piel para asegurarse de que nadie lo estaba suplantando.
—¡Pareces auténtico! Pero El Kiba que yo conozco nunca perdería la oportunidad de pasar tiempo con mujeres!
—........
—¡Si huele el aroma de una mujer, se volvería loco como un lobo ante la vista de una oveja! —Agatha dijo con una expresión seria.
—¡Él no estaría perdiendo su tiempo en una mujer embarazada!
—....... —Kiba cerró los ojos y apoyó la cabeza en su regazo. No importa cuán sinvergüenza fuera, se sintió avergonzado por sus palabras.
Al ver su expresión avergonzada, Agatha se detuvo.
—Me alegro de que estés aquí —Agatha trazó un dedo en su rostro—. De verdad lo estoy.
Kiba abrió los ojos y miró a los de ella. Ella lo había tomado el pelo debido al casi nulo tiempo que pasaba con ella, y sin embargo, no había ni ira ni resentimiento en sus ojos.
Si algo, solo había comprensión y perdón. Esto lo hizo sentir aún peor por su comportamiento irresponsable.
Se volteó hacia su vientre de embarazada y acercó sus labios a él. Agatha estaba en la fase inicial del segundo trimestre, y al besar su estómago, pudo sentir nuevamente la familiar sensación de parentesco de la vida dentro de ella.
Una vida que estaba conectada a él. Una vida que había comenzado por él... esta vida era su hijo. A medida que esta sensación se esparcía en su mente, se sintió feliz.
—Gracias por tener paciencia conmigo —Kiba deslizó su mano hacia el rostro de Agatha—. Me has dado muchas más oportunidades de las que merezco.
—Te mereces cada oportunidad, porque tú eres el padre de mi hijo —Agatha respondió con una suave sonrisa.
—Si alguna vez hago algo mal, entonces corrígeme —Kiba acarició su rostro suavemente—, no quiero ser un mal padre para nuestra hija.
—No lo serás —Agatha lo aseguró—. ¡Estoy segura de que Esperanza tendrá al padre más genial de todos!
Kiba escuchó en silencio sus palabras de motivación.
*****
Una hora más tarde, Kiba y Agatha salieron para ver una película seguida de una cena. No eran una pareja en el sentido tradicional, pero para ellos, eso no importaba.
Se relajaron en los brazos del otro durante la cena. Había muchas miradas extrañas de personas familiarizadas con ellos, pero Agatha ignoró los ojos observadores.
Al igual que Kiba había aprendido muchas cosas valiosas de ella, ella también había aprendido una lección importante de él: ¡Deja de pensar en lo que el mundo piensa de ti!
—Tomemos una foto de nuestra familia —Agatha dijo después de salir del restaurante—. ¡Quiero atesorar este momento para siempre!
Kiba se sorprendió por su petición, pero asintió en acuerdo. Fueron a un estudio fotográfico para obtener el retrato familiar.
Era medianoche cuando finalmente regresaron al apartamento.
—¡Buenas noches! —Agatha estaba completamente exhausta, así que se durmió enseguida.
Kiba se sentó en la cama, mirando el marco de la foto. En la foto, él estaba parado detrás de Agatha con las manos envueltas alrededor de su barriga.
—¡Esperanza! —Kiba susurró con una sonrisa.
Ahora junto con el nerviosismo y el miedo, también había emoción ante la perspectiva de convertirse en padre.
Era alguien que vivía estrictamente en el presente sin preocuparse por un futuro ilusorio. Pero hoy, por primera vez en muchos años, le importaba el futuro...