La hermosa frente de Tempestad permanecía fruncida, sus ojos esmeralda fijos en Penélope.
La tribu de las Sirenas, anidada en el corazón de Edén, era conocida por una multitud de habilidades, no solo voces encantadoras y el poder del sonido.
Si una de ellas tenía la Previsión, la habilidad de vislumbrar el futuro... ¡entonces la posibilidad de que fuera verdad pesaba en el aire!
Un peso aún más pesado que las nubes de tormenta arriba.
—¿Pero qué es El Feminista? —insistió ella, su voz una mezcla de frustración y un destello de curiosidad naciente.
Penélope, cuyas propias facciones estaban marcadas con una mezcla de esperanza e incredulidad, recitó las líneas crípticas de la profecía.
—Hombres... —comenzó ella, su voz adquiriendo un tono de teatralidad, como quien relata una leyenda olvidada.