—Todos quedaron atónitos ante la llegada del hombre diabólicamente guapo. Un encanto arrebatador emanaba de él como el resplandor del sol, y Katherine no pudo evitar tragar saliva al ver su cuerpo cincelado.
—Fue impresionante.
—A pesar de estar en medio de un campo de batalla y del riesgo que representaba Kirstie, ella se sentía húmeda entre sus muslos.
—Deseaba que no hubiera nadie más aquí que ella para poder saltar sobre este atractivo ejemplar y disfrutarlo a su antojo.
—Al lado, los ojos de su hija se agrandaron mientras miraba al hombre de cabello dorado, pero no era de emoción.
—¡No hay duda! ¡Es El Villano! —exclamó Sophia.
—¡Solo él podría ser lo suficientemente descarado como para llegar medio desnudo mientras se abrocha los pantalones!
—Katherine se sobresaltó, y Rebecca también.
—Esta última porque recordó a Kiba robándose a su nuera y haciendo cosas vergonzosas con ella frente a todos.
—No había duda, merecía el título de El Villano.