—El Emperador Cósmico perdió su vida, ¡pero logró detener las tinieblas y sellarlas! —concluyó el leviatán.
—Así que Destino ganó.
Kiba dijo mientras se ponía de pie:
—La pregunta es —¿pagó un precio?
El leviatán fue incapaz de responder ya que carecía de conocimientos. Kiba esperaba esto, así que no se decepcionó.
—tap
Saltando de la cabeza del leviatán, Kiba estiró sus manos y miró a lo lejos.
Muchos mutantes de la Tierra avanzaban con cuidado por el laberinto mientras quedaban asombrados por el mundo supremo que lo creó. No podían evitar envidiar a los seres de ese mundo y la era en la que vivieron. Si tan solo fueran tan afortunados.
—Es más bien irónico —Kiba se volvió hacia el leviatán—. El mundo que todos aquí tanto envidian era solo una herramienta para que el Destino derrotara las tinieblas.
—... —El leviatán odiaba el comentario, pero no se atrevía a replicar.