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Nunca antes se había escuchado, mucho menos presenciado, a un Alfa ser asesinado en un segundo. Decir que era imposible sería minimizarlo, pero todos lo vieron con sus propios ojos.
Aquellos que estaban pegados a sus pantallas y aún conservaban la conciencia sintieron sus débiles corazones al borde de explotar.
CREAKK~
Con sonidos ensordecedores, el Laberinto del Infinito se abrió. Una fuerza succionadora salió de él, pero nadie lo notó, ni siquiera los Alfas.
Estaban enfocados en ese punto llamado Singularidad y su creador.
Kiba se mantuvo impasible. Era como si no hubiera hecho nada digno de mención.
Esta actitud casual aterrorizó aún más a la multitud y a aquellos que observaban a través de transmisiones en vivo.
Incluso los Consejeros Mundiales se sorprendieron por la despliegue de poder opresivo y casual. Muchos de ellos empezaron a investigar sobre él inmediatamente.