Por primera vez en mucho tiempo, Zed reconoció las dificultades y luchas a las que se enfrentaban los mutantes normales. Enfrentarse a múltiples oponentes era más fácil decirlo que hacerlo, especialmente cuando tenían el mismo nivel de fuerza. Esto se volvía más difícil si los oponentes eran mayores, incluso si la diferencia de edad no era tan grande.
En los últimos cuatro años, no ha enfrentado ninguna de estas dificultades y luchas.
Kiba simplemente se encargaba de los oponentes poderosos y no había necesidad de depender de Zed. Ahora estaba pagando el precio por eso...
Zed descartó estos pensamientos innecesarios cuando el gorila - Xinu- saltó sobre él. Los puños de gorila de Xinu golpearon hacia abajo sin piedad, sus ojos llenos de avaricia desnuda.
Zed se apartó con un paso al costado y atacó con un torrente de fuego.
Justo cuando el torrente de fuego salió de su mano, saltó hacia atrás y evitó por poco una mano que parecía una hoja intentando cortarle el cuello.