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Zed no mentía cuando decía que los métodos no podían ser empleados por ellos para tomar Cristales de Energía Profunda. Después de todo, su fuerza era muy baja, y si intentaban usarlos, sufrirían un destino similar al de esos veinte o tantos concursantes que acababan de morir.
—Deberíamos irnos —dijo Sophia con una sonrisa.
—¡Sí! ¡Tenemos que cruzar la zona de pruebas para pasar! —Jenina estuvo de acuerdo mientras aceptaba la amarga realidad de no tener la oportunidad de adquirir Cristales de Energía Profunda.
—¡Y si es posible, necesitamos hacernos con esos Fragmentos del Origen de la Vida! —recordó Divya.
Ella echó un vistazo a su muñeca derecha donde solo tenía un abalorio de colores. Luego lanzó una mirada de envidia a la muñeca de Zed.
¡Él tiene más de cien abalorios!
La diferencia entre ellos era tan vasta como entre la tierra y el cielo. No había comparación.