—¡Ese tipo está haciendo trampa! ¡Que alguien lo detenga! —Kieron gritó mientras anillos de luz volaban hacia Zed. Ay, ningún dios atendió a su petición.
En el cielo, mientras el simio comenzaba a descender, Zed se sorprendió un poco cuando los anillos de luz llegaron frente a él.
—¡Increíble! —Sophia se maravilló felizmente. —¡Te han otorgado el título de mejor estudiante a pesar de hacer trampa!
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Sophia se cubrió la boca y rió suavemente al ver una expresión extraña en su rostro.
—Jeje, es broma —dijo Sophia con una sonrisa. —Si no me equivoco, esto es una recompensa por ser el número 1 en este puente.
—¡Oh! —Zed no estaba al tanto de esto.
Los anillos de luz se adhirieron a su muñeca derecha, fusionándose con el hilo cristalino de antes. Ahora, en el hilo cristalino, había un abalorio colorido del tamaño del ojo de una paloma.
—Lo que podemos ganar al final depende de estos abalorios —Sophia explicó después de darse cuenta de que él no sabía.