—¡Sube! —Una voz familiar provenía del aerodeslizador. No solo Sophia, sino también Aileen sintieron lo mismo acerca de la voz.
Pero antes de que pudiera contemplar la identidad del dueño de la voz, los dos escorpiones de rango Beta se volvieron locos.
Después de ver a tantos miembros de su especie morir, todo lo que querían era convertir a los humanos en pedazos de carne.
Sophia y Aileen se dieron cuenta del peligro en el que estaban. Sin pensar nada más, corrieron hacia el aerodeslizador.
Una puerta en forma de vórtice era la entrada y ambas saltaron hacia ella. Al momento siguiente, la entrada en forma de vórtice se cerró.
El aerodeslizador se elevó, pero para entonces, uno de los escorpiones aterrizó en la parte trasera del aerodeslizador. En el momento en que el escorpión tocó la superficie del aerodeslizador, filamentos de corriente azul destellaron.
BANG
El escorpión explotó como un espejo roto.