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En el cielo nocturno, entre los árboles salvajes, y entre dos cabañas de campamento, había un espacio abierto donde todos estaban de pie para la cena.
Pero ahora, la atención no estaba en la comida que ya estaba preparada. En cambio, estaba en las palabras de Zed después de que todos se enteraran de lo que Launcelot y Carmen estaban haciendo actualmente en su habitación...
Las palabras de bondad de Zed han afectado a la mayoría, si no a todos. Claro, el prejuicio aún permanecía, pero, no obstante, estaban impresionados por su comportamiento. Sabían que eran incapaces de igualar su actitud.
¿Cuántas personas en este mundo pueden mostrar tanta bondad pura hacia aquellos con tendencias antagonistas?
Todo el mundo conocía la respuesta, especialmente en la era actual donde el egoísmo ha corroído cada alma.
—Dicen que la bondad es un regalo que todos pueden permitirse dar... pero esta es la primera vez que veo tanta pureza en acciones —pensó Aileen.