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Una hora después, Kiba salió de la posada sin Ashlyn. Solo quería dar un paseo y mirar alrededor, así que no pidió su compañía.
En el mercado.
El cielo estaba lleno de calidez y serenidad. El sol ya no estaba quemando el suelo con su terrible calor.
Kiba caminó por una calle llena de gente. Los lados estaban llenos de puestos y tiendas vendiendo varias hierbas preciosas, frutas preciadas, minerales raros y gemas únicas. Los dueños exageraban su valor y procedencia, con muchos incluso afirmando que su origen era de otro mundo.
Kiba revisó los artículos y no encontró ninguno de su agrado o necesidad. Llegó a otra calle y una tienda llamó su atención.
La tienda estaba enfocada en el lanzamiento de dardos y cuchillos, con premios dependiendo del lanzamiento. A diferencia de las tiendas normales, la dificultad era alta dadas las habilidades de los mutantes.