Los revolucionarios rodearon a Kiba por todos lados. Les tomó un tiempo, pero ahora han llegado para matar al enemigo y proteger a su líder.
—Lárgate mientras todavía tienes la oportunidad —Kiba advirtió mientras se movía hacia Viper. No tenía interés en matar a otros, pero si persistían, no le importaba llevar a cabo una masacre.
Con cada paso que daba, la temperatura bajaba y los revolucionarios comenzaron a temblar. Eran fuertes por derecho propio y una caída de la temperatura no debería afectarles en situaciones normales, pero ahora era como si el paso de Kiba los estuviera acercando a un abismo helado.
—¿Qué está pasando? —un revolucionario al lado de Viper murmuró. El vello fino en la nuca se erizó y una sensación de dolor le recorrió la espina dorsal.
Entretanto, el aire detrás de Kiba se transformó en una masa caótica de carmesí. Copos de nieve rojo sangre comenzaron a salir de la nada.
—¡Manifestación de la intención de matar! —Viper estaba atónito.