Media hora más tarde.
Amir, Mina, Alexia y Nellie aparecieron ante la entrada del jardín salvaje. Habían caminado por el mismo sendero que Kiba y Ashyln.
El aroma medicinal del jardín se quedaba en el exterior como si los invitara a entrar.
—Alexia, ¿qué sientes? —preguntó Amir mientras intentaba mirar dentro del jardín.
Lamentablemente, los arbustos espesos y las flores intermedias obstaculizaron su visión e hicieron imposible que notara algo importante.
—No hay presencia humana adentro —respondió Alexia después de un tiempo—. Hay rastros de batalla, pero han sido encubiertos.
Dependiendo de su habilidad, era difícil para ella saber qué estaba haciendo actualmente la planta. Después de todo, la Flor de Demonio de Sangre siempre actúa como si fuera una planta ordinaria sin voluntad propia. Su capacidad para engañar a otros a través de su camuflaje era difícil de evadir.
Amir sabía esto, así que no preguntó sobre la planta. No obstante, sus ojos brillaron de felicidad.