Dentro de la cueva.
Kiba y los demás avanzaban con cuidado en cada paso. Monroe estaba especialmente alerta después del reciente ataque del Lagarto de Escamas de Roca.
Él había traído una bengala para ayudarles a ver mejor dentro de la cueva, aunque no todos estuvieron de acuerdo en que fuera una buena decisión.
Mientras caminaban, de repente de una pared a la izquierda, salió la boca de un lagarto. El lagarto estaba tan bien camuflado que era casi imposible notar su presencia a menos que uno mirara con mucha atención.
—¡Cuidado! —gritó Alexia para advertir a Ruby y a los demás, aunque un poco tarde. Ella creía que la cueva estaba hecha de materiales especiales que reducían sus sentidos.
—¿Qué? —Ruby estaba en el extremo izquierdo y fue tomada completamente por sorpresa. El lagarto ya estaba sobre su hombro y no tenía tiempo de retroceder.