—¿¡Cleo!? —Kiba estaba sorprendido, por decir lo menos, cuando Simón murmuró el nombre del conspirador. Su mente asoció automáticamente el nombre con el hermano mayor de Felicity.
—No, Cleo no es un nombre único —Kiba logró reunir su ingenio—. Debe haber otro Cleo.
Se negaba a creer que el hermano mayor de Felicity planearía su fallecimiento. Había presenciado a Cleo bastante unido tanto a Felicity como a sus padres. Que Cleo conspirara contra Felicity e incluso contra su padre no tenía sentido alguno.
—¿Quién es Cleo? —preguntó Kiba.
Simón temblaba sobre la mesa mientras las palpitaciones se intensificaban. No estaba en condiciones de responder bajo el ataque cardiaco.
Kiba colocó un dedo en el pecho de Simón. Un flujo de energía dorada emanó de su dedo y pasó dentro de Simón. La energía despejó los vasos sanguíneos obstruidos y normalizó la presión arterial.
Ssss