—La Sra. Xu la miró. —¿«Pero» qué? ¡Solo es que es inféril! ¡No hay duda de ello!
Pero Shen Bijun la ignoró y solo miró al Doctor Zhang.
Un médico no debe caer en desgracia.
Una vez que se cruza esa línea, ¿cómo puede algún paciente volver a confiar en él?
Shen Bijun no había revelado su identidad porque quería darle una oportunidad a su aprendiz.
Creía que el Doctor Zhang, quien alguna vez sobresalió entre muchos médicos, no tomaría la decisión equivocada esta vez.
En sus ojos había una mirada resuelta y confiada.
Esa confianza hizo que el corazón del Doctor Zhang ardiera intensamente.
El Doctor Zhang apretó la mandíbula.
El código del médico saltaba salvajemente en su mente, y su boca se abría y cerraba, pero no podía hablar.
La Tercera Señora y Shen Tingyan permanecieron en silencio al lado.
Ambos sabían que ahora todo había terminado; dado que el Doctor Zhang fue traído por los Xu, las palabras que diría definitivamente favorecerían a los Xu.