Aliviado, Parker acarició el rostro de Bai Qingqing y dijo:
—Entonces no temo nada. Qingqing, vámonos de aquí.
—De acuerdo —Bai Qingqing contestó—. De todas formas no tenía dónde quedarse, y no podían seguir eternamente en casa de los padres de Parker.
Memi dijo:
—Lamento que tengan que pasar por esto, Bebé. Ustedes dos pueden mudarse a la casa de piedra que arreglamos para ustedes. No vuelvan a esa pequeña aldea. No es seguro para Qingqing allí.
Parker sonrió, luego levantó a Bai Qingqing en brazos y dijo:
—Mamá, maté a un behemoth recientemente. Puedo permitirme comprar mi propia casa de piedra en la Ciudad de Hombres Bestia ahora.
—Mi bebé es tan increíble —Memi se maravilló.
Cuando Bai Qingqing fue levantada por Parker, ella le empujó por instinto. Por supuesto, no logró moverlo para nada — su cuerpo seguía siendo demasiado débil, y su vientre todavía le dolía.
Olvidémoslo, sólo seré delicada por esta vez.
