Parker se quitó la falda rápidamente y se transformó en su forma de leopardo, antes de salir disparado maniáticamente por el campo.
Al ver que su padre se había vuelto loco, los pequeños cachorros también se volvieron locos. Con sus tamaños diminutos, desaparecieron de la vista en el instante en que entraron al campo.
La ansiosa Bai Qingqing señaló a Parker mientras lo perseguía. —¡No te atrevas a correr! ¡Detente ahí mismo!
—Bai Qingqing, espérame.
Bai Qingqing perseguía a Parker, mientras Molly intentaba alcanzarla. —No podemos correr aquí. Si no, realmente entraremos en celo.
Bai Qingqing, que en efecto sentía que su ritmo cardíaco se aceleraba y su cara se calentaba, se detuvo apresuradamente en seco.
Como Molly era una hembra tigre, su respuesta fue más visible que la de Bai Qingqing—sus ojos se habían enneblinado. Para cuando alcanzó a Bai Qingqing, sus piernas la habían fallado, haciendo que se derrumbara en el suelo.
