—No lo sé. Podría ser que Jean desee regresar al mar. Una vez que lo haga, estarás en peligro. Esto no está bien, debo llevarte lejos —cuanto más hablaba Parker, más agitado se volvía. Sus ojos dorados se movían rápidamente mientras observaba a los tritones a su alrededor.
Bai Qingqing también había pensado en esto y se sintió ansiosa. Sin embargo, su mente estaba tranquila.
—Si me llevas contigo, ninguno de los dos podrá escapar. Todos los tritones están ahí abajo. Su número es más allá de tu imaginación —dijo Bai Qingqing suavemente.
Parker miró hacia el océano. Cuando llegó, había sentido innumerables miradas en el agua. Parecía que su número era mayor de lo que había pensado.
—Todavía está Alva. Él conseguirá una oportunidad para llevarte lejos.
—¿Y qué hay de ti? —Bai Qingqing preguntó inmediatamente.
¿Podría Parker escapar cuando estaba rodeado por tantos de ellos?