Ella extendió la mano para limpiarse la cara, pero ya no había nada allí.
Sin embargo, a Bai Qingqing se le ocurrió una idea —¡era la vibración de los sonidos la que hacía caer la lluvia!
Bai Qingqing recordó este documental de naturaleza que una vez vio en televisión, el cual presentaba un lugar con una topología única. Todavía recordaba que el lugar estaba a gran altitud y rodeado de montañas. Toda la tierra estaba conformada como un altavoz.
Lo mágico era que si las personas se paraban en el medio y gritaban en voz alta varias veces, muy rápido empezarían a caer gotas de lluvia. Y después de que los gritos se detenían, la lluvia que caía también se detenía.
Por supuesto, era un espectáculo notable que se daba a causa de su única ubicación geográfica; los movimientos de las corrientes de aire, etc., eran algunos de los principios detrás de ese fenómeno.