El corazón de Bai Qingqing latía con fuerza. Los esbeltos dedos de Curtis se deslizaron por su abdomen, dándole escalofríos. No pudo evitar que su abdomen se encogiera.
—Probablemente no... —dijo Bai Qingqing, confundida.
Curtis no pudo evitar mirar en dirección a Bai Qingqing. Al entrar en su campo de visión su grácil y femenina figura, su piel clara hacía que su cuerpo pareciera especialmente llamativo en la oscuridad.
—Sss
El corazón de Bai Qingqing comenzó a latir inmediatamente. Los suaves dedos de Curtis causaban que le aparecieran escalofríos por todo el cuerpo.
—Probablemente aún no ha terminado... —dijo Bai Qingqing nerviosa.
—Sss~ —Curtis sacó su larga lengua roja y la enrolló alrededor de la oreja de Bai Qingqing—. Puedo oler si estás sangrando, y en este momento, tu cuerpo no huele a sangre.
Acto seguido, Curtis tomó a Bai Qingqing por la cintura y se dirigió con paso firme hacia el dormitorio.