Xing Chen no esperaba que Huanhuan se atreviera a saltar sobre él sola. No pudo evitar quedar atónito.
Para cuando reaccionó, Huanhuan ya había trepado hasta su pecho.
Cuando él bajó la vista hacia ella, ella también levantó la mirada hacia él y le sonrió.
Su sonrisa era brillante, como la luz del sol cortando la noche. Estaba llena de calidez y esperanza.
Xing Chen se sintió atraído involuntariamente por su sonrisa.
Era como una polilla hacia la llama. Aunque sabía que no había esperanza, igualmente se lanzaría incontrolablemente sobre las llamas, incluso si terminara quemándose hasta convertirse en cenizas.
Levantó la mano hacia su mejilla. —Pequeña Huan, ¿has vuelto?
—Lo siento —Huanhuan dijo la palabra mientras pensaba, «Lo siento, pero tengo que matarte por Xue Ling».
Pillando a Xing Chen desprevenido, ¡ella clavó el cuchillo de hueso en su pecho derecho!
Sangre negra salpicó.
Todas las Vides Devoradoras de Almas se detuvieron de crecer instantáneamente.
