Ma Qing se llevó a Ya Qiu, y Lin Huanhuan consiguió la lista de materias primas que quería.
Shuang Yun envió a las dos bestias macho a la casa de Ma Qing para llevarse los dos grandes barriles de vino.
Después de resolver estos asuntos, Lin Huanhuan estaba a punto de levantarse para buscar a Bai Di, cuando escuchó un chapoteo detrás de ella.
Lang Zhu gritó:
—¡Shuang Yun!
Lin Huanhuan se dio la vuelta inmediatamente y vio que Shuang Yun había caído al suelo.
Ella y Lang Zhu se apresuraron y lo ayudaron a levantarse por ambos lados.
Cuando Lin Huanhuan tocó su cuerpo, se sorprendió de inmediato:
—¡Qué frío! ¿Por qué su cuerpo está tan frío?
Era como hielo. ¡No era la temperatura que debería tener una persona viva!
Lang Zhu vio de inmediato el patrón en el brazo de Shuang Yun. Su expresión cambió:
—Un patrón de estrella...
Llamó de inmediato a dos bestias macho fuertes para que levantaran a Shuang Yun.
Lang Zhu dijo:
—¡Llevad al líder de la tribu a mi casa! ¡Ahora!