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Xue Ling había planeado volver corriendo a la montaña rocosa tan pronto como fuera posible, pero Huanhuan estaba demasiado débil para que él pudiera volar con ella. La falta de oxígeno y el viento fuerte en las alturas podían dañar su cuerpo.
Encontró un gran árbol cerca y construyó una pequeña cabaña en él. Planeaba descansar aquí unos días y regresar después de que Huanhuan se recuperara de sus heridas.
No había mucho espacio en la casa, solo lo suficiente para que dos personas se movieran. El suelo estaba cubierto por una gruesa manta de piel de animal, y había un pequeño brasero en la esquina.
Xue Ling incluso colgó algunas flores en la pared como decoración.
Sin embargo, después de echar un vistazo, sintió que las flores no eran bonitas. Las arrancó y las echó a un lado. Luego, arrancó unas cuantas plumas ardientes de su cuerpo y las ordenó en una hermosa forma de llama. Las colgó en la pared para decorar.
¡Sus plumas eran de verdad las más hermosas!
