Bai Di le dijo a Meng Li:
—Puedes venir a las clases, pero hay dos prerrequisitos.
—Dime. ¡Puedo hacer cualquier cosa!
—Las clases no son gratis. Un punto de trabajo por clase. Es un precio razonable, ¿no?
Meng Li asintió:
—¡Tiene sentido!
Era más que razonable. ¡Era especialmente barato!
¿Cuál de los viejos alfabetizados en las ciudades bestia no atesoraba su conocimiento como si fuera un tesoro incomparable? ¡Temían que otros aprendieran aunque fuera un poco de ello!
¡Poder aprender conocimientos preciosos con solo un punto de trabajo era simplemente una bendición disfrazada para bestias ordinarias como ellos!
Bai Di continuó:
—Huanhuan planea comenzar a dar clases. Ella tomará muchos estudiantes en el futuro, pero ella es solo una persona. Su energía es limitada, por lo que tiene que establecer un umbral. Las bestias tienen que pasar una prueba y confirmar que están calificadas antes de poder ingresar oficialmente a la escuela. Esa es la segunda condición.
Meng Li dudó: