—¿No? ¡Pero si acaba de nacer hace unos días!
Sally no podía creerlo, ¿realmente un bebé podría hacer algo así?
Taowu, una Bestia Divina Malvada de tiempos antiguos.
Solo la llama de sus ojos la llenaba de miedo desde lo más profundo de su corazón, dejándola completamente incapaz de resistirse.
Su Técnica del Secreto del Elemento Fuego, comparada con la de Taowu, era como la diferencia entre una pequeña chispa y un volcán.
De repente, una masa rodeada por una niebla oscura voló hacia ella.
El instinto de Sally la impulsó a atacar, pero Xiaomei habló rápidamente:
—Es el Pequeño Ershi.
Sally quedó atónita.
La niebla se dispersó revelando una pequeña envoltura de ropa.
El Pequeño Fengning dormía plácidamente, chupándose el dedito como si tuviera hambre.
Pero Sally no sabía cómo enfrentarlo ahora.
¿Era este aún su hijo?
En lo profundo, un terror innato y un escalofrío surgieron, imposibles de suprimir.
—Xiaomei, ¿cómo puede ser esto! ¿Él mató a Taowu?