—El Sacrificio implica encontrar a una mujer talentosa dispuesta a voluntariamente ofrecer sus talentos; si no es voluntariamente, entonces mediante posesión.
—¿Una mujer talentosa? No sería fácil de encontrar. —Wen Yixin sacudió la cabeza—. Olvidémoslo, si ese es el caso, uno nunca viviría en paz. También me voy a clase, hermana Dongfang, vamos juntas.
Dongfang Yan asintió con la cabeza y se fue con Wen Yixin. Su fuerza de fertilidad era de primera clase; de hecho, su familia ya había arreglado un matrimonio para ella.
Ya sea por el poder de su familia o por ella misma, el hombre con quien se casara debía ser capaz de darle descendencia. De lo contrario, su fuerza de fertilidad de primera clase sería meramente un adorno como un jarrón. Ningún hombre valoraría a una mujer que no pudiera tener hijos.
En cuanto al talento, incluso si lo recibiera, no lo entendería. Además, su familia definitivamente no la ayudaría a hacer tales atrocidades.
