—¡Saludos al Joven Rey del Este! —La multitud que los rodeaba se inclinó una tras otra, mostrando el máximo respeto.
Incluso Tan Yuanhai y otros dignatarios del Instituto Médico Nacional revelaron una mirada de sorpresa y aprensión en sus rostros al ver al Joven Rey del Este.
Claramente, hace tiempo que habían desarrollado una sombra en sus corazones con respecto a los métodos del Joven Rey del Este.
—¡Señor Nanjiang, finalmente nos encontramos! —dijo el Joven Rey del Este con una sonrisa, que era muy modesta.
Chen Xuan estaba algo aturdido; nunca había esperado que el Joven Rey del Este—quien maniobraba tras bastidores y contendía con las tres grandes familias del norte, sur y oeste—fuera tan joven.
A la edad de dieciséis o diecisiete años, casi se le consideraba un junior frente al treintañero Chen Xuan.
—¿Qué asunto tiene el Joven Rey del Este conmigo? —Chen Xuan preguntó con voz profunda.
El Joven Rey del Este sonrió y dijo:
