—¿Qué...? —Cao Feijia sintió un escalofrío hasta los huesos.
Con la fuerza de su puñetazo de hace un momento, podría haber matado al instante a un búfalo salvaje, sin embargo, el Ginseng del Cadáver de Jade actuaba como si nada hubiera pasado. ¡Su dureza física era simplemente inaudita!
Antes de que Cao Feijia pudiera hacer su siguiente movimiento, escuchó un sordo chapoteo.
Dos palmas afiladas perforaron directamente a través del pecho de Cao Feijia y emergieron de su espalda.
—Ugh... —Cao Feijia emitió un gruñido dolorido, su rostro lleno de agonía y desesperación.
¡Nunca soñó que él, que había dominado el mundo de las Artes Marciales toda su vida, terminaría finalmente a manos de un cadáver!
Al siguiente momento, ¡con un silbido!
El Ginseng del Cadáver de Jade repentinamente ejerció fuerza con ambas manos y desgarró el cuerpo de Cao Feijia en dos mitades.
—¡Santo cielo!