—¿Empresa de entretenimiento? —preguntó ella incrédula.
—¿Convertirse en una estrella? —se cuestionó a sí misma con escepticismo.
En circunstancias normales, Han Jingting nunca creería que algo tan bueno pudiera llegar a tocar a su puerta. Sin embargo, ahora estaba completamente acorralada por el aprieto en el que se encontraba. Por un lado, tenía una enorme deuda de veinte millones que pesaba sobre ella como una montaña. Por otro lado, su reputación arruinada hacía imposible encontrar un trabajo adecuado. Jingting necesitaba desesperadamente una salida, ¡y esta supuesta empresa de entretenimiento parecía ser su única esperanza!
Después, Jingting sacó su teléfono celular y, como si estuviera poseída por un fantasma, marcó el número en la tarjeta de visita...
