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—¿Qué...? —Han Jingting casi creyó haber escuchado mal.
—¡Fue un éxito!
—Más de ciento ochenta mil, ¡y el pago realmente se efectuó!
La sonrisa congelada en el rostro de la mujer rica se endureció aún más cuando la incredulidad se apoderó de ella.
—¿Cómo es posible? ¿Cómo podría tener tanto dinero! —exclamó.
—Hmph, déjame darte un consejo, ¡no menosprecies a los demás solo porque creas que estás por encima de ellos! —Han Jingting agarró su amado bolso y se marchó gallardamente en sus tacones altos, dejando a la mujer rica hirviendo de ira.
Una vez fuera del centro comercial, la actitud de Han Jingting se suavizó y finalmente respiró aliviada profundamente.
Casi se convierte en el hazmerreír, pero quien la salvó fue nada menos que Chen Xuan.
Han Jingting inmediatamente revisó el saldo en su tarjeta, y la cantidad mostrada era una sorprendente un millón ochocientos mil.
En otras palabras, antes de comprar el bolso, ¡había habido un total de dos millones en esa tarjeta!
