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Shhh... Silencio

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Chapter 1 - Capitulo 1.

Mi nombre es Elizabeth Da Agrela, durante mis últimos dos años mi mundo ha girado alrededor de las luces parpadeantes de las fiestas escolares y las risas compartidas con mi mejor amiga, Isabella. Pero esta noche, en la fiesta de fin de curso, todo está a punto de cambiar.

El gimnasio estaba lleno de música atronadora, luces de neón y risas. Yo me sentía como una mariposa atrapada en una telaraña de conversaciones superficiales y bailes torpes. Isabella estaba ocupada coqueteando con un chico, y yo me encuentro sola en un rincón, sintiéndome fuera de lugar.

Decido escapar al aire fresco de la noche. Salí por la puerta trasera y me adentro en el oscuro jardín de la escuela. La luna llena brillaba intensamente, como si estuviera tratando de revelar los secretos ocultos entre las sombras.

Bajo un antiguo árbol de roble, me siento en un banco de piedra. El silencio era reconfortante después del bullicio de la fiesta. Pero entonces, oído una risa sarcástica detrás de mí.

Me giro y me encuentro con un chico apoyado contra el tronco del árbol. Tenía ojos verdes que parecían brillar con su propia luz. Su sonrisa era enigmática, y su cabello oscuro caía sobre su frente.

"¿Aburrida de la fiesta?" preguntó él, como si hubiera leído mis pensamientos.

Yo simplemente asiento. "Es demasiado ruidosa. ¿Y tú? ¿Por qué estás aquí afuera?"

El chico se encogió de hombros. "No soy fanático de las multitudes. Prefiero la tranquilidad de la oscuridad y la luna."

"¿Cómo te llamas?" pregunté.

"Me llaman Alex", respondió él. "Pero eso no es importante. ¿Qué es lo que realmente deseas, Elizabeth?"

Me quedo sorprendida de que sepa mi nombre. "¿Cómo…?"

Alex se rió. "Soy bueno para descubrir cosas. Y tú, Elizabeth, tienes un corazón inquieto. Buscas algo más allá de las luces y las risas. Algo que te haga sentir viva."

Mientras sigo allí me siento atrapada en su mirada. "¿Y qué es eso?"

"Los secretos", dijo Alex "Los misterios que se esconden en la oscuridad. Las historias que nadie más conoce."

Su manera de hablar hace que me sienta intrigada. "¿Qué tipo de secretos?"

La noche se extendía como un manto de secretos, y yo, con mi corazón acelerado por la adrenalina, me aventuré hacia el misterio que aguardaba bajo aquel antiguo árbol. El chico, con su mirada penetrante y su sonrisa sarcástica, parecía haber emergido de las sombras mismas. Sus ojos verdes brillaban como esmeraldas bajo la luz de la luna llena, y aunque mi instinto me advertía de su peligro, no pude resistir la tentación de conocerlo.

Charlamos durante horas. Él tenía una forma peculiar de ver el mundo, como si estuviera al tanto de secretos cósmicos que escapaban a los demás. Hablamos de sueños, de estrellas, de los misterios que se ocultaban tras las palabras. Me contó historias de lugares lejanos y aventuras que solo existían en su imaginación. Yo, con mis quince años y mi corazón palpitante, me sentía atraída hacia él como una polilla hacia la llama.

Pero entonces, como si el destino quisiera recordarme mi mortalidad, mi mejor amiga apareció. Isabella, con su risa contagiosa y su cabello alborotado, irrumpió en el pequeño rincón de magia que habíamos creado. El chico se volvió hacia ella, y sus ojos verdes se oscurecieron por un instante.

—¿Quién es tu amigo? —preguntó Isabella, con una ceja alzada.

—Nadie importante —respondí, sintiendo que traicionaba al chico misterioso—. Solo alguien con quien estaba charlando.

El chico sonrió, pero no era la sonrisa burlona de antes. Era una sonrisa triste, como si supiera que nuestro encuentro tenía fecha de caducidad.

—Es hora de volver a la fiesta —dijo Isabella, tomándome del brazo—. ¿Vienes?

Cuando volví la mirada hacia el árbol, el chico ya no estaba allí. Como si se hubiera desvanecido en la noche, dejando solo el eco de sus palabras en mi mente. Susurró algo sobre estrellas y destinos entrelazados, pero no pude retenerlo.

Regresamos a la fiesta, y la música y las risas llenaron el aire. Pero mi mente seguía en aquel rincón bajo el árbol, con los ojos verdes del chico grabados en mi memoria. ¿Quién era él realmente? ¿Un espíritu errante o un simple desconocido?

Nunca lo supe. Pero en las noches siguientes, cuando la luna llena volvía a iluminar el cielo, yo buscaba entre las sombras, esperando encontrarlo de nuevo. Porque, aunque fuera peligroso, había algo en él que me había atrapado irremediablemente.

Y así, entre fiestas y secretos, mi corazón quedó marcado por el chico misterioso que desapareció bajo la luz de la luna llena.