"Que asco de situación …" pensé en la oscuridad perpetua. No sé veía nada, no se escuchaba nada, tan solo había oscuridad.
Recordé, tratando de distraerme en esta oscuridad, él como acabe aquí. Yo, un chico normal de preparatoria, que como todos los días estaba yendo a la escuela, pero de repente, todo mi mundo tambaleó y acabé aquí.
"En serio, esto no es para nada normal…" pensé por mi incapacidad de vocalizar esa frase. Lo que más me incomodaba, sin contar el hecho de que estoy en un lugar desconocido, era que no podía sentir mi cuerpo "¿será que me atropellaron y estoy en el hospital?" pensé con miedo de estar en coma.
Pero rápidamente deseché la idea, si me ponía a pensar, eso era algo imposible, antes de perder la conciencia, estaba cambiando por un parque que estaba en el camino que tomaba para llegar a la escuela. Además, no escuche ningún ruido de un carro o cualquier vehículo motorizado, así que era imposible que fuera eso.
"Mi perro..." pensé recordando a mi mascota que le había encargado a mi hermana. Tan solo esperaba que mi hermana no le diera comida extra y que acabará engordando, ella es muy propensa a hacer esas cosas.
Paso el tiempo, o por lo menos eso pensé, la verdad no sentía el paso del tiempo, mi reloj interno parecía estropeado, minutos, horas, días, no sabía cuanto tiempo había pasado, y eso era extremadamente desesperante.
No era alguien inquieto, pero esto era inquietante y horrible, el no tener cuerpo, y por ende no tener: tacto, gusto, olfato, oído y vista, y por eso comencé a tener miedo, miedo de volverme loco en este entorno.
Sin noción de tiempo, sin cuerpo, tan solo mi mente, no era una buena combinación, había escuchado de gente que enloquecía por menos y que por eso hacían locuras.
El tiempo continuo pasando, creo, nada cambiaba en el entorno, sin embargo algo pinchaba en mi mente, voces, voces que decían algo que no entendía, voces que estaban tapada por algo pero que se sentían cercanas, de alguna manera y de repente.
!Brillar¡
Una gran luz resplandeciente comenzó a parecer, y no sólo eso, sentía un cosquilleo, no físico, sino mental, y lo que existía de mi, en este reino oscuro se vio atraído por la luz.
La luz me trago y mi conciencia parpadeo, podía sentir como rebotaba con algo, pero no sabía que. También podía escuchar susurros, pero no entendía que decían.
De repente la luz desapareció, pero ya no estaba en ese reino de oscuridad, lo sabía porque podía sentir un cuerpo, pero algo estaba mal.
Mi cuerpo se sentía débil, extremadamente débil, abrí mis ojos y mi confusión y pavor aumento, había 3 personas, 2 hombres que me veían y una mujer que me cargaba.
Estaban hablando un idioma que no entendía, pero eso no me importaba tanto en este momento. Alzando lentamente mis manos, sentí un escalofrío, mis manos eran pequeñas, eran de un bebé, había renacido.