En el patio de la mansión RedWolf, se escuchaba el constante ruido de un objeto cortando el viento y respiros pesados... era yo.
— 80...81...83...— dije entre palabras forzadas, ya agotado pero feliz de poder continuar.
—¡Ya es suficiente! — dijo mi instructor de esgrima. Tras dejar la espada y acercarme al instructor él me dio algunos consejos y me despidió.
Caminando de regreso a la mansión me dispuse de ir a la ducha para quitarme el sudor, pero antes de entrar, justo en la entrada de la puerta había alguien.
Una chica, mayor que yo, de 13 años: su cabello negro que llegaba hasta sus rodillas ondeaba con la brisa y sus profundos y brillantes ojos rojos me miraban fijamente, era mi hermana mayor Alicia RedWolf.
—¿Qué sucede? — pregunte tras unos segundos de que ella no dijera nada —El baile en el banquete...— dijo firmemente —Más te vale que no escapes— dijo.
—¿Escaparme? ¿Yo? — dije —¿Pues quien más? tú, ¡hermano menor idiota! Siempre te escapas en momento como estos— dijo molesta.
—Yo... — quise decir algo, pero me interrumpieron —Como en las clases de baile, los entrenamientos de modales, las horas de estudio, cuando vienen invitados, y ah... ni hablar de las cenas— dijo, como si estuviera guardando todo eso por un buen tiempo.
—Yo... uhm, lo siento... — dije finalmente —Promete no escapar— dijo —!Promete lo!— dijo aún más alto para reforzar sus palabras.
—Yo, lo prometo...— dije finalmente.
—Es bueno que lo prometas— dijo otra voz que venía de la entrada.
Las puertas de la mansión se abrieron y mi hermana y yo dijimos: —! Mamá! ¡Madre! —
La duquesa, Eleonor RedWolf caminaba elegantemente asía nosotros. Vestía un vestido azul oscuro con patrones de flores doradas, mirando asía nosotros ella sonrió con su cara pulcra y semejante a la porcelana.
Su cabello castaño se batía cuando bajaba los escalones y sus ojos esmeraldas nos veían alegremente.
—Como hijos de la familia RedWolf, es su deber dar la mejor impresión posible en este evento tan único— dijo antes de que pudiésemos decir algo.
—Especialmente este día, que es el cumpleaños número 47 de emperador... junto a él anuncia...- dijo lo último entre susurros, antes de agitar la cabeza y mirarme.
—Es por eso que creo que ya es momento de que te arregles Rex, mi niño —
****************
Era de tarde, el sol se estaba ocultando y nosotros nos estábamos preparando para ir a la capital, al cumpleaños del emperador.
Caminando y dando vueltas en mi habitación estaba cansado, el tener que bailar y bailar constantemente con mi hermana era molesto.
Pero no era tan molesto como el tener que dejarse poner este traje. Viendo a mi reflejo puede verme: estaba vestido con un traje negro con decoraciones doradas que combinaban con su pelo negro azabache y ojos rojos.
"Que ropa más molesta..." pensé mientras me movía constantemente para ver si me acostumbraba al atuendo ridículo.
Era bonito y caro, pero incómodo, y para una persona como él, que le gustaba estar en constante movimiento era algo irritante.
! Toc, Toc!
Alguien toco la puerta —¡Pasa!— dije casi en seguida. Entrando una sirvienta entro y dijo que ya era el momento de partir.
Asintiendo, salí de la habitación y recordé el plan del día que mi madre dijo: El plan era simple, hoy saldríamos al atardecer para llegar a la noche y prepararnos para mañana, el cumpleaños.
Suspirando, salí de la mansión donde ya me estaban esperando. Se hallaba 2 carruajes increíblemente decorados, pero igualmente incómodos, cada uno tenía a 3 caballeros que nos protegerían en el camino.
Pero más que eso me enfoque en los miembros de mi familia: Mi hermana Alicia, mi madre Eleonor y mi padre... el duque Leo RedWolf.