Chereads / Sombras de la gran guerra / Chapter 11 - Capitulo X. En la Senda del Urheimat

Chapter 11 - Capitulo X. En la Senda del Urheimat

La atmósfera en la habitación era tensa, impregnada por la luz tenue de las velas que parpadeaban en las paredes lujosamente decoradas. El Dr. Ernst von Braun, con su imponente figura, estaba de pie frente a sus compañeros Helga y el Capitán Richter, con sus ojos agudos que revelaban la importancia de su discurso.

Bajo la suave luz, Helga atendía cuidadosamente las palabras del Dr. von Braun, su mente inmersa en las inminentes revelaciones. Junto a ella, el Capitán Richter observaba meticulosamente, su semblante serio mostraba escaso interés en la situación. A su lado se encontraban dos guardias, quienes se comportaban como las sombras de Helga. A pesar de que ella ignoraba sus nombres, su presencia dominante añadía un halo de autoridad al escenario.

La voz del Dr. von Braun, teñida de solemnidad, llenó la habitación, vibrando contra las paredes en un eco que subrayaba la gravedad de sus palabras. "Lo que nos fue entregado ayer", prosiguió con firmeza, "no era solo una pieza de maquinaria común. Era parte de algo mucho más grande, algo que parece ser un codex y que debe servir como un elemento clave en la interpretación de algún mensaje críptico". Su tono se cargó de un peso que denotaba la magnitud de la revelación, capturando completamente la atención de todos los presentes.

"Este objeto afirmó el doctor, sosteniéndolo en sus manos, va más allá de una simple pieza metálica de antaño. Es el eslabón que nos conducirá hacia el centro de nuestro destino. Los símbolos inscritos en su superficie trascienden las meras ornamentaciones; son los códigos que nos encaminarán hacia el Urheimat, la cuna ancestral de nuestra estirpe. Con cada rasgo y cada contorno, desvelan un saber olvidado hace mucho tiempo, un saber que podría concedernos un poder más allá de nuestras expectativas."

Mientras el Dr. Von Braun continuaba con su explicación, una sombra de preocupación se posó en su semblante. "Sin embargo, debemos ser cautelosos".

Richter intercedió en el silencio que había caído, su voz profunda y seria resonando en la habitación. "He sido informado de que Kamil ha descubierto algo que va más allá de ser meramente un artefacto. Según las fuentes, está solicitando que Helga se reúna con él nuevamente para entregarle algo más, por lo cual está pidiendo una suma considerable de dinero".

La sala quedó en silencio una vez más, con todas las miradas dirigidas hacia Helga. El Doctor Von Braun, sentado en un elegante asiento del siglo XVII, la miró fijamente. "¿Qué habrá descubierto Kamil, Helga? Ve y descúbrelo".

Helga, con una expresión enigmática en su rostro, respondió. "En este momento iré a buscarlo". Miró al Capitán Richter con una mezcla de curiosidad y determinación. "¿Sabes dónde debo verlo?", preguntó, su voz calmada pero firme. Según se le ha informado, en el mismo lugar donde lo vio por última vez.

El Dr. Von Braun asintió, su mirada penetrante reflejando su satisfacción. "Entonces, preparemos nuestra partida. Richter, prepara los hombres para la salida. Nos movemos rápidamente, antes de que alguien más se entere de lo que Kamil ha encontrado".

El Capitán Richter replicó: "No, mi señor, solo Helga debe emprender el viaje. Instruiré a mis hombres para que la acompañen, pero por razones de seguridad, sería recomendable que usted permanezca en la mansión. Ha ocurrido un suceso peculiar en la fábrica de textiles hoy, descubrieron el cadáver de un hombre asesinado de forma ritualística".

Mientras los hombres se preparaban para la partida, Helga se acercó a Richter, su voz baja y sus ojos penetrantes. "Richter, ¿podrías asegurarte de que nadie nos siga a nosotros? Necesitamos que esto sea un asunto entre nosotros y Kamil".

Richter, con una sonrisa siniestra, respondió. "No te preocupes, Helga. Los hombres están en sus puestos. Ninguno podrá seguirnos".

Helga y su escolta, con todos los preparativos finalizados, salieron a las calles de Lodz, cada uno de ellos con una sensación de urgencia en su pecho. Su destino les esperaba, y ninguno de ellos sabía qué esperar.

Después de un viaje prolongado por el empedrado de Lodz, finalmente llegaron al lugar donde se reuniría con Kamil. El anciano gitano se encontraba esperándoles, su rostro arrugado y sus ojos brillantes reflejando la sabiduría acumulada a lo largo de los años.

"Bueno, Kamil", dijo Helga, "¿tiene algo para mi?".

Kamil sonrió, su voz grave y sus ojos penetrantes. "Sí, Helga. El pergamino está en mis manos. Pero a cambio, necesito algo de ustedes".

Los ojos de Helga se pusieron muy tensos, sabiendo que cualquier promesa hecha a este anciano gitano no podía ser tomada a la ligera. Ella y Von Braun habían estado buscando el pergamino durante meses, y ahora que finalmente lo habían encontrado, sospechaban que Kamil quería algo en cambio.

"Y qué es lo que necesitas, Kamil?" preguntó Helga, intentando mantener su voz calma y confiada.

Kamil se sentó en su silla vieja y casi destruida, su rostro arrugado reflejando la sabiduría acumulada a lo largo de los años. "Me han pedido que ayude a un amigo mío a escapar del país", dijo el anciano gitano. "Es un hombre que ha hecho muchos enemigos, y ahora necesita mi ayuda para huir".

Helga se mantuvo callada, consciente de que ayudar a Kamil podría comprometer su propia seguridad. Pero la ansiedad por poseer el pergamino les instaba a tomar cualquier medida necesaria.

"Bien, Kamil", respondió Helga, "¿cuándo y cómo vas a ayudar a tu amigo?".

Kamil sonrió de nuevo, su voz se volvió más confidencial. "Mañana, temprano por la mañana. Me reuniré con él en la estación de tren y lo llevaré a un lugar seguro".

Helga se inclinó delante de Kamil, agradeciéndole por su ayuda. Ahora tenían el pergamino que buscaban, y a cambio, estaban dispuestos a ayudar al anciano gitano si fuera posible.

Después de despedirse de Kamil y regresar a la presencia de Von Braun, Helga notó que Kamil salía del espantoso cuarto donde habitaba por la puerta de atrás. Observando la partida del anciano gitano, Helga se dirigió a los miembros de la escolta. Les solicitó que se mantuvieran en las proximidades de Kamil, vigilando con discreta atención. Su misión era recolectar la mayor cantidad de información posible; desde la identidad del misterioso amigo a quien Kamil deseaba ayudar, hasta el origen de las preciadas claves y los antiguos documentos que el anciano gitano parecía tener en su posesión. Consciente de que cada detalle podía ser crucial en su intrincada trama de poder y misterio, Helga se preparaba para desentrañar los enigmas que rodeaban al anciano y a sus misteriosos objetos.

El regreso resultó menos complicado que la ida, y pronto, el grupo volvía a la residencia de los Kowalski con el artefacto y el pergamino en su poder.

El Dr. Von Braun, con una sonrisa satisfecha, comenzó a examinar el pergamino, sus manos temblorosas al tocarlo.

El Dr. Von Braun les informó que el pergamino estaba redactado en noruego antiguo, o gammelnorsk, aunque su claridad dejaba mucho que desear, su contenido era de gran valor y de notable antigüedad, y contenía una descripción de ciertos símbolos que parecían carecer de sentido.

El Capitán Richter expresa que el símbolo hallado en el sitio del homicidio insinúa la existencia de otros que perciben su relevancia. Es un aviso; la víctima es incidental, lo que realmente pretenden es que tengan conocimiento de su presencia y de su capacidad para actuar a su antojo. Hay otro individuo que está al corriente del secreto del Urheimat, oculto en este pueblo, y es imprescindible proceder con celeridad y decisión antes de que caiga en las manos incorrectas.

Helga y el Capitán Richter intercambiaron miradas, su preocupación compartida reflejada en sus ojos mientras absorbían las palabras del Dr. von Braun. Los guardias permanecieron en silencio, sus expresiones impasibles ocultando cualquier emoción que pudieran sentir.

El Dr. von Braun prosiguió su explicación, leyendo con atención lo que decía el pergamino, una historia que había estado enterrada durante siglos. "Hace muchos años, en los primeros días de Łódź, llegó un grupo de personas con un conocimiento profundo y una sabiduría antigua", inició su narración, su voz cargada de misterio. "Se decía que poseían secretos que podrían cambiar el mundo, pero de repente desaparecieron, dejando atrás solo rumores y leyendas", agregó, su mirada se dirigió a Helga y el Capitán Richter, reflejando su preocupación.

Helga experimentó un escalofrío de emoción que recorrió su espalda al escuchar las palabras del Dr. von Braun, mientras su mente se llenaba de las posibilidades que se presentaban ante ellos. ¿Qué misterios habían acompañado a esas personas? ¿Y cómo podrían utilizar ese conocimiento para revelar los enigmas que habían estado ocultos por tanto tiempo? Ya tenían la evidencia de que esa ciudad guardaba algunos secretos.

Mientras la habitación volvía a sumirse en el silencio, el Capitán Richter aprovechó para dirigirse al grupo. Su rostro estaba marcado por una expresión grave, sus ojos brillaban con una intensidad inusual.

"¿Cuál es la conexión entre esto y la fábrica de textiles?" preguntó, hablando con firmeza y claridad. "¿Hallaron el cuerpo de algún enemigo?" comentó Richter.

Las palabras de Richter retumbaron en la sala como un trueno, helando la sangre de los presentes. Helga frunció el ceño, una sombra de preocupación cruzó su rostro mientras intentaba entender las implicaciones de lo que acababa de escuchar.

"¿El cuerpo?", preguntó, con nota de intriga. "¿Quién... quién era?".

Richter hizo una pausa antes de responder, como si estuviera considerando cuidadosamente sus palabras. "No lo sabemos con certeza", admitió finalmente. "Pero la forma en que fue asesinado... No fue un acto de violencia común".

Los ojos del Dr. Von Braun se estrecharon ante las palabras del Capitán Richter. Respiró hondo antes de continuar. "El cuerpo tenía heridas extrañas", explicó, sus palabras salían lentas y pesadas. "Marcas que parecían rituales... Como si hubiera sido sacrificado".

La habitación quedó en silencio mientras las palabras de Richter resonaban en las paredes de piedra. La mirada del Dr. Von Braun se volvió sombría, como si un oscuro presagio se hubiera instalado en su mente.

"Esto no puede ser una coincidencia", murmuró, más para sí mismo que para los demás. "Algo o alguien está buscando lo mismo que nosotros. Y está dispuesto a matar para conseguirlo".

El aire en la sala se volvió denso, cargado de tensión y miedo. El misterio que estaban intentando desentrañar acababa de tomar un giro mucho más oscuro y peligroso.

El Doctor ordenó a Richter que examinara el objeto antiguo para ver si alguna de las figuras grabadas en él se parecían a las representadas en el pergamino o en el artefacto. Richter se refirió a una de las runas del objeto, pero se mostró incierto, afirmando que todas ellas le parecían iguales.

"Debemos ser más cuidadosos", dijo finalmente. "Y debemos actuar con rapidez. No podemos permitir que alguien más se interponga en nuestro camino".

Poco después de observar las expresiones de Helga, que contenían un poco de ira, molestia y cansancio, Von Braun decide explicarle lo que estaba pasando.

Dr. Von Braun: Helga, permíteme explicarte por qué elegí venir a Łódź para llevar a cabo nuestras investigaciones.

Helga: Por supuesto, Doctor. Estoy intrigada por qué hemos venido a esta ciudad en particular.

Łódź tiene una historia fascinante y una cultura rica que la hacen especialmente interesante para mí. Además, creo que esta ciudad podría albergar secretos y misterios que podrían ser de gran relevancia para nuestros proyectos de investigación, y esto se ha comprobado con el pergamino que me has traído.

Helga: ¿A qué tipo de secretos y misterios se refiere, Doctor?

Dr. Von Braun: Łódź ha sido testigo de muchos eventos históricos importantes y ha jugado un papel crucial en la industrialización de la antigua Polonia. Además, su diversidad cultural y sus antiguas conexiones con diversas comunidades podrían revelar aspectos ocultos de la historia que aún no se han explorado a fondo.

Helga: Entiendo. ¿Cree que estos secretos podrían tener alguna relación con nuestros proyectos?

Dr. Von Braun: Podría ser, Helga. Las tradiciones e historia de un sitio pueden aportar indicios valiosos que nos permitan entender más profundamente ciertos eventos o crear nuevas hipótesis. Además, no se puede descartar la chance de descubrir artefactos o registros antiguos que esclarezcan asuntos que nos atañen, como el origen de la especie y la supremacía de nuestros antepasados.

Durante mis investigaciones anteriores, tuve la oportunidad de manejar un antiguo manuscrito que sugiría que en un tiempo remoto, algunos de los inmigrantes que llegaron a Łódź podrían haber sido descendientes o sobrevivientes de la legendaria Hiperbórea o sus antepasados. Aunque este es solo un fragmento de la rica historia de esta ciudad, creo que puede ser clave para comprender mejor su papel en la evolución de la humanidad y en nuestros propios proyectos científicos. Según este pergamino, mi hipótesis se fortalece.

El Dr. Von Braun explicó con entusiasmo a sus colegas que las inscripciones que habían descubierto en el artefacto no eran simples runas, como se creía comúnmente, sino los signos originales que se remontaban a tiempos antiguos. Con una pasión académica palpable, les reveló que estas inscripciones eran la manifestación de los Signos, otorgados por Wotan, el Guía Racial de los germanos, en tiempos históricos relativamente recientes.

Mientras compartía esta revelación, el Dr. Von Braun enfatizó la importancia de comprender la verdadera naturaleza de estas inscripciones y cómo habían evolucionado con el tiempo, desde sus raíces originales hasta su uso más vulgar como runas por los pueblos salvajes. Esta reinterpretación arrojaba una nueva luz sobre la historia y el significado de las inscripciones, sugiriendo un vínculo más profundo con la herencia cultural y espiritual de los germanos.

Richter: Doctor, disculpe mi ignorancia, pero ¿quién es exactamente Wotan?

Dr. Von Braun: Ah, Klaus, es comprensible que tengas esa pregunta. Wotan es una figura central en la mitología germánica, también conocido como Odin en la mitología nórdica. Es el padre de todos los dioses y se le considera el líder supremo del panteón germánico.

Richter: ¿Y cuál es su papel en esa mitología?

Dr. Von Braun: Wotan desempeña múltiples roles en la mitología germánica. Es el dios de la guerra, la sabiduría, la poesía y la magia, entre otras cosas. Se le ve como un líder guerrero, pero también como un buscador de sabiduría y conocimiento.

Helga: pero sigo sin entender ¿Cómo se relaciona con los signos que hemos descubierto?

Dr. Von Braun: Bueno, según la tradición, Wotan otorgó los Signos, o Runas, a su pueblo como un medio de comunicación divina. Estos signos se consideraban sagrados y se usaban para una variedad de propósitos, desde la adivinación hasta la protección en la batalla.

Richter : Interesante. ¿Y cuándo se supone que vivió Wotan?

Dr. Von Braun: Wotan es una figura de la mitología germánica, por lo que su existencia se remonta a tiempos antiguos, mucho antes de la era cristiana. Sin embargo, su influencia perduró mucho tiempo después y se refleja en las tradiciones y creencias de los pueblos germánicos.

Helga: ¿Hay alguna evidencia histórica de la existencia de Wotan?

Dr. Von Braun: Esa es una pregunta interesante y complicada. La mitología germánica se basa en gran medida en relatos y leyendas transmitidos oralmente, por lo que es difícil encontrar evidencia concreta de la existencia de figuras como Wotan. Sin embargo, su influencia en la cultura y la sociedad germánicas es innegable.

Helga: Entiendo. ¿Y cómo se relaciona todo esto con las inscripciones que hemos descubierto en el artefacto?

Dr. Von Braun: Las inscripciones que hemos encontrado son una manifestación tangible de los Signos que se dice que fueron otorgados por Wotan a su pueblo. Son una conexión directa con nuestra herencia cultural y espiritual, y nos proporcionan una ventana fascinante a la mente y las creencias de nuestros antepasados.

Con una mezcla de emoción y ansiedad, Helga se acercó al artefacto, sus ojos escudriñando las líneas de texto antiguo en busca de pistas que pudieran revelar su significado. El Dr. von Braun y el Capitán Richter se acercaron, sus mentes agudas analizando cada palabra con cuidado mientras buscaban algún indicio que pudiera guiarlos en su búsqueda.

Después de unos momentos de intenso escrutinio, el Dr. von Braun señaló una de las runas en el artefacto. "Aquí", dijo, su dedo siguiendo las líneas entrelazadas de letras antiguas. "Esta parece ser una frase que nos remonte a una época antes de que los pueblos viajaran al sur".

Helga y el Capitán Richter se inclinaron más cerca, sus ojos enfocados en las palabras que el Dr. von Braun había señalado. A medida que leían las antiguas inscripciones, sus mentes comenzaron a trabajar, conectando los puntos de los símbolos en un intento de descifrar el mensaje oculto que artefacto.

El Dr. von Braun levantó la mirada, su expresión sería reflejando la importancia del momento. "Creo que hemos encontrado lo que estábamos buscando", dijo, su voz llena de emoción contenida. "Ahora es solo cuestión de seguir las pistas y descubrir lo que este lugar misterioso tiene para ofrecer".

Richter asintió con satisfacción, una sonrisa de triunfo iluminando su rostro. "Excelente trabajo, equipo. Ahora debemos descubrir de dónde ha estado obteniendo todas estas cosas Kamil, si es cierto que ha estado desenterrando secretos."

El Dr. Von Braun observó con satisfacción cómo Helga y Richter absorbían cada palabra de su explicación, sintiendo la tensión en el aire mientras la magnitud de sus descubrimientos se hacía evidente. Sabía que estaban en el umbral de algo grande, algo que podría cambiar su comprensión del mundo para siempre.

"Ahora que conocemos un poco más detrás de estas inscripciones, podemos comenzar a desentrañar los misterios que han desconcertado a la humanidad durante siglos", declaró el Dr. Von Braun con solemnidad. "Con este conocimiento en nuestras manos, estamos armados con una herramienta poderosa que podría redefinir nuestra comprensión de la historia y nuestro lugar en ella".

Richter se unió al coro de asentimientos, su expresión reflejando la emoción y la anticipación que sentían todos en la habitación. El Dr. Von Braun sonrió con satisfacción.