Por un momento, mi mente fue incapaz de procesar cualquier cosa.
Las palabras del niño que ahora se para a tan corta distancia que casi puedo sentir su respiración en mi piel, se escucharon tan irreales que por segundos el mundo parecía colapsar a mi alrededor.
Antes de darme cuenta, fue mi cuerpo el que reacciono primero.
Las lágrimas recorrieron mis mejillas con mayor intensidad que nunca y la sonrisa forzada visible para mí en las pupilas del niño, se distorsiono en una expresión inentendible.
Instintivamente miro hacia Anabel en busca de respuestas, pero ella solo aparta su mirada…
¿Es así? ¿Ella intentó salvarme? ¿Entendió mis sentimientos e intento darme una salida? ¿Desafío a su maestro por mí? Y ¿Aún no puedo dar resultados? ¿Es eso?
¿Soy tan patética? ¿En serio creí que el hijo de un archiduque querría congraciarse con alguien como yo? ¿Qué tan sobre inflado estaba mi ego?
[Yo… Entiendo…]
Bajo las piernas de la cama, como el niño está tan cerca, mis piernas permanecen abiertas mientras chocan con su cuerpo.
[… Perdone mi osadía ¿Puedo pedirle que se aparte un poco de la cama? Es para poder levantarme y marcgarme…]
[Eso es lo que dices… Pero tus manos agarran mi camisa con mucha fuerza]
Es como Lokarius dice, mis acciones y mis palabras no coinciden, en primer lugar, mis pensamientos y las acciones de mi cuerpo, incluso mis palabras, nada está conectado entre sí.
Como prueba, mis manos se aferran a su ropa con tal fuerza, que las palmas se han puesto blancas…
Manos estúpidas, obedezcan a mi boca, de todos modos, mi mente es incapaz de dar alguna instrucción racional en este momento.
[Es como dice… No puede apartarse si no lo suelto, ¿cierto?]
[Si… Correcto.]
Todo mi cuerpo tiembla mientras me pierdo en los perlados ojos que parecen contener la noche misma.
En algún momento, mis piernas se entrelazaron alrededor de Lokarius.
Ahora ni mis piernas ni mis manos obedecen instrucción alguna.
Con todas sus fuerzas se aferran al niño en una esperanza inútil y sin sentido.
[Así es… Si no te suelto… Si nunca te suelto… Nunca podrás apartarte de mí ¿Cierto? Como no te suelto, solo puedes quedarte… Eso te hace algo así como mi protector por obligación, ¿Cierto?]
Mientras digo incongruencias que ni yo misma entiendo, muevo los brazos a la espalda del niño y entierro mi cabeza en su pecho.
[¿No sería genial? ¿Tener la protección del archiduque y todo?]
Mi cuerpo se aferra al niño, mientras las lágrimas empapan su caro conjunto de ropa…
Lo presiono con todas mis fuerzas, mientras espero las horribles palabras que me devolverán a este cruel mundo.
Pero esas palabras, jamás llegan…
[Ahhh… Cielos… Que voy a hacer contigo…]
Al mismo tiempo que Lokarius hace una pregunta sin un destinatario particular.
Una pequeña mano palmea mi espalda, mientras que otra acaricia mi pelo.
Por un momento no fui capaz de entender lo que pasaba.
Como si fuese algún hechizo místico, la abrumadora sensación de seguridad invadió mi cuerpo en el gentil toque que me recuerda a los días, en los que era consolada por mi madre, luego de tener un mal día.
[¿Sabes? Estoy en un dilema, por un lado, soy fanático del cabello largo, pero ese corte tuyo tiene un encanto indescriptible ¿Qué se supone que haga? No puedo decidir]
Mientras me dejaba envolver por la repentina sensación de seguridad, Lokarius alaga mi cabello repentinamente y al mismo tiempo, entra en un conflicto por no poder decidirse entre el pelo largo o corto.
Inconscientemente, me aferro con más fuerza mientras trato de dar una respuesta.
[Je… snif… Te entiendo completamente, snif… A mí también me gusta el pelo largo, pero me esforcé tanto para encontrar un estilo satisfactorio de pelo corto, que ahora se me haría difícil abandonarlo ¿No es raro?]
¿Qué tonterías estoy diciendo? …
No, tiene sentido, inconscientemente trato de alargar esta sensación reconfortante, en un intento por retrasar mi vuelta a la realidad tanto como sea posible, comencé a decir tonterías… ¿Creerá que soy una rarita?
[Te entiendo perfectamente, a veces vamos por algo, pero de repente terminamos enganchados a otra cosa completamente diferente que no queremos dejar ir…
Pero es un alivio que, en esta ocasión, no allá necesidad de conformarse con una de las opciones.
Puedo tener tu cabello largo por un par de años y tu cabello corto otro par de años, es solo cuestión de cortarlo y dejarlo crecer de todos modos]
Mooo, si dices las cosas de esa manera, las personas lo malinterpretarán ¿Sabes? Yo… No puedo soportar más decepcioné…
No quiero ser lastimada más que esto, debo ponerle fin a este inesperado trozo de paraíso.
Haciendo lo posible para no interrumpir sus caricias, de alguna manera reúno el valor, para muy lentamente levantar la mirada en su pecho.
[Bueno, snif… Alguien en tu posición no tiene la necesidad de esforzarse tanto, solo debes comprar algunos esclavos y ponerles ambos peinados… Así podrás disfrutar ambos.]
Mis ojos se encuentran con los de Lokarius mientras doy una solución factible a su dilema.
Al escuchar la sugerencia, las caricias paran, pero su mano no abandona mi cabeza.
[[…]]
El silencio pareció durar una eternidad mientras miraba fijamente los ojos de Lokarius desde abajo, sin despegar mi cabeza de su pecho.
Sé que esto debe terminar.
Pero mi cuerpo sigue en su fase rebelde y la orden de separarse, se convirtió de alguna manera en "Aférrate al niño con más fuerza".
Y, tal vez entendiendo mi inquietud, Lokarius reanudo su caricia.
Lo siento, soy patética, ¿no?
[Ohhh ¿Acaso eres un genio? Cuánta razón tienes]
Mi corazón se aprieta cuando la sugerencia es fácilmente aceptada… ¿Por qué?
Debería estar feliz, ¿no? Mi opinión fue valorada…
¿Por qué empecé a llorar de nuevo? ¿Por qué mi cuerpo no suelta a este regordete niño?
[Anabel, ya la escuchaste, consigue que alguien traiga aquí a la familia Axel de inmediato. Quiero el juego completo, después de todo, hay muchos tipos de peinados]
[Se hará como mi señor ordena]
Lokarius aparta su mirada de mí y da instrucciones a Anabel, que abandona rápidamente la habitación para cumplir la orden de su maestro.
Luego vuelve a encontrar su mirada con la mía y, sin dejar de acariciarme o disminuir la fuerza de su agarre.
[No tienes que estar tan sorprendida, esto fue tu idea y ya no hay marcha atrás ¿entiendes?
Desde hoy, eres propiedad del segundo hijo de la casa illusius… Porque ¿sabes?
Yo ya soy adicto a este cabello esmeralda tuyo ¿No es eso una pena?]
Dijo con una cálida sonrisa, mientras me proclamaba su propiedad.
[¿No estás diciendo cosas muy horribles con una sonrisa cálida?]
¿Ahora qué mierda estoy diciendo?
No lo sé, ya ni siquiera puedo ver su cara, las lágrimas no me dejarán.
Escondo mi rostro en su pecho porque no quiero que siga viendo mi cara fea y al momento siguiente yo.
[WAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA]
Llore con cada gramo de fuerza que mis pulmones me permitieron, llore por quién sabe cuánto tiempo, hasta que ya no pude recordar, lo que paso luego…