Las brisas primaverales no eran frías.
Incluso llevaban un rastro de calidez.
Pero dentro del Pabellón Recogida de Estrella, los mercaderes temblaban con un escalofrío helado.
—¿Julio Reed realmente había envenenado a Zahir Huntington? —¿Y lo admitió abiertamente?
—Hay que saber, ¡esto era la Mansión Huntington!
—¡El lugar estaba sellado a cal y canto! —¡En la entrada, el 'loco' Anson Huntington hacía guardia!
—¿Acaso no temía morir?
—O, ¿realmente poseía tal capital arrogante?
—¡Abuelo, quiero matar a alguien! —Anson Huntington se acercó a Julio Reed y dijo con una sonrisa tenue—. Entonces fuiste tú quien lisió a mi hermano.
—Sus ojos se entrecerraron, emitiendo un aura asesina.
—Si la gente común fuera mirada de esta manera por él, se quedarían petrificados y no se atreverían a levantar la cabeza.
—Pero Julio Reed giró la cabeza, ofreciendo una sonrisa tenue.
—En sus ojos, parecía haber un Infierno Asura.