—¿Vas a regresar a la Montaña Azul?
Julio Reed estaba a punto de preguntar, pero Nelson ya había colgado el teléfono al otro lado.
Muy decisiva.
No le dio ninguna oportunidad de decir otra palabra.
—¿Por qué decidir volver ahora, ni antes ni después, sino precisamente en este momento?
Las cejas de Julio Reed se fruncieron ligeramente.
Recordaba que cuando Nelson llegó por primera vez a Ciudad Gonzalez, parecía decidida a no detenerse ante nada para alcanzar su objetivo.
—¿Ahora de repente va a regresar?
Imposible.
Cuando intentó llamar de nuevo, Nelson ya había apagado su teléfono.
—¡Trípode del Dragón Divino!
Julio Reed golpeó un árbol.
La maldita mujer, atreviéndose a chantajearlo.
Pudo haber recordado algo sobre el incidente de hace diez años, pero muchos recuerdos seguían en blanco.
Mirando el presente, solo Nelson conocería parte de la verdad y estaba de su lado.
—¡Uf!
Tomando una profunda respiración, Julio Reed decidió comprometerse.
—¡Verdad!