—Jefe, ¡hay alguien parado adelante! —El conductor, señalando hacia la sombra enfrente del coche, habló.
—¡Quién demonios será ese suicida! Tócale la bocina, y si no se aparta, ¡atropéllalo! —El anteriormente buen humor de Julio Reed se echó a perder una vez más.
—La última vez en Ciudad Gonzalez, fue golpeado tan mal que casi quedó discapacitado.
—Esta vez, trajo consigo expertos contratos por la Familia Davenport y corrió a Ciudad Gonzalez, esperando secretamente fuera de la casa de Dempsey Davenport, ¡listo para capturarla! Incluso para prevenir cualquier problema imprevisto, Pier ya había planeado la ruta, dejando la casa para tomar directamente la autopista alrededor de la ciudad, y después dirigirse al aeropuerto para volar directamente a la capital.
—Afortunadamente, el hombre que lo había golpeado la última vez no apareció. Sin embargo, Pier siempre sintió algún remordimiento por esto; la oportunidad de vengarse parecía que tendría que esperar hasta la próxima vez.
