Para cuando los dos regresaron, ya era medianoche.
Cosmo era hábil disfrazándose; había cambiado su atuendo en el camino y ahora parecía casi una chica común.
Justo cuando Julio Reed entró, vio a toda la familia despierta y sentada en la sala, teniendo una reunión.
A su regreso, esas personas se quedaron en silencio.
Con un vendaje envuelto alrededor de él, Federico Yarrow miró a Julio Reed con ojos llenos de miedo, pero mezclados con un atisbo de malicia.
—¿Ocupado? —Julio Reed los saludó incómodamente.
—Nada, sólo estábamos charlando —Quella Radcliffe dijo con una sonrisa.
Pero justo entonces, Cosmo entró.
—Belleza, ¿te has equivocado de puerta? —Knox Ridge se levantó y preguntó con sospecha.
Normalmente, su casa era independiente, rodeada de un patio, y vigilada por cuatro individuos de aspecto feroz. Era imposible que alguien simplemente entrara.
—¡No me he equivocado! —Cosmo sacudió la cabeza y dijo con una sonrisa—. Tía, soy su hermana juramentada.